6.4.14

Palacio Salvo | Open house

El Palacio Salvo es casi, a Montevideo como la Torre Eiffel a Paris: Un emblema innegable para la ciudad, de estilo indefinido ecléctico, ante los cuales el público general se divide en opiniones acerca de su estética. Más allá de éso en el caso de nuestro ícono urbano, es innegable que su figura esta ampliamente asociada al Uruguay y la ubicación privilegiada así como las vistas que regala a sus inquilinos son únicas.
A veces los recién llegados enseñan nuevas formas de vender algo al público: en este caso, a la vista de una foto en Instagram publicada por la inmobiliaria Marguery Vega Bienes Raíces  fuimos  a visitarlo. Qué diferencia y que bien hacen sentir al visitante cuando te ordenan el lugar especialmente, lo señalizan simple pero efectivamente, te convidan con una bebida o para comer algo. Mejor atención, mejor mostrado el lugar, mas práctico para visitarlo: ganan todos.
Ojalá lo repliquen otras inmobiliarias porque el sistema, inspirado en USA es realmente mucho más profesional que lo que abunda acá, que no faltan a veces incluso el "pah el dormitorio no podemos verlo porque el nene vino tarde y está durmiendo" ... increíble muestra de falta de respeto por el tiempo del potencial cliente.
Inaugurado en 1928, el edificio fue encargado al Arq Mario Palanti por los hermanos Salvo, inmigrantes italianos que prosperaron en el país con industria textil (terminaron asociados a Campomar) a imágen y semejanza de su gemelo, el Barolo en Buenos Aires. Con rastros de estilo art deco, renacentista, y hasta de torre de comics si se quiere, fue erigido como hotel en primera instancia, con materiales nobles como mármoles de Carrara, granito de Alemania para los arcos de La Pasiva y roble del Cáucaso para sus puertas.
Para construirlo, demolieron la ex confitería la Giralda, donde se tocó por primera vez la Cumparsita, o sea que esa esquina está cargada de historia trascendente para el país.
Angel Salvo, uno de los hermanos falleció antes de la inauguración y aún abundan leyendas, fantasmas, y crónicas interminables sobre la vida en él y las anécdoas de esa familia. 
Le Corbusier, en una visita al país recorriendo edificios emblemáticos fue llevado a la plaza independencia y cuentan que mirando el edificio, buscaba un lugar ideal en la plaza. Cuando le preguntaron si ésa era la mejor vista del mismo, el respondio "Si...para apuntar el cañón"
Volviendo al lugar de los hechos, lo cierto es que este enclave es altamente requerido por extranjeros como inversión o vivienda acá, para empresas, y particulares que gustan de algo distintivo y personalidad en el hábitat lo que sin dudas se logra. Y lo cierto también es que es casi también como el Obelisco en Buenos Aires, una imágen emblemática de la ciudad, querida e identificada por todos.
Conocimos una de las torretas superiores en el piso 19, un depto de 1 dormitorio y dos ambientes más , uno coenexión con vistas cruzadas entre terrazas que es una verdadera joyita.

Y otro más en el piso 12, más estandard pero con inigualables vistas también. 
Un mueble de una antigua óptica , protagonista de este living

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