26.9.14

Ivory press y otras anécdotas de Elena Ochoa Foster

Los de mi generación seguramente se acuerden de la Dra. Elena Ochoa como conductora de un programa de tv español "hablemos de sexo"...algo así como una Alessandra Rampolla pero de los años `80 . Pero el tiempo pasa y los rumbos cambian.

Elena Ochoa (1958), psicóloga, editora, galerista y mecenas, ha demostrado su capacidad de reinvención y de adaptación en múltiples facetas. Se convirtió en una estrella mediática gracias al primer programa sobre sexo en la televisión española. Aquello duró poco,  todavía no era su momento, y se marchó a Cambridge a realizar una tesis sobre el alzheimer. Además, fue profesora emérita en el King’s College. En esa época conoció al célebre arquitecto Norman Foster. Se casaron y comenzó una etapa de formación y desarrollo dentro del mundo del arte, hasta que en el 1996 funda Ivorypress.
Elena y Norman se cococieron en una cena que daba el arquitecto Miguel Oriol en su castillo de Toledo, en octubre de 1994. Ella casi no va pero le insistieron. Cuando llegó, debía de haber 200 invitados; los hombres, vestidos de oscuro. Todos menos uno, que llevaba un traje de pana beige.Los sentaron juntos. Era Norman.
El flechazo fue instantáneo. Dos bichos raros. Ambiciosos, perfeccionistas, sofisticados y solitarios. Seguros-inseguros. Convencidos de que uno vale lo que vale su último trabajo. Dos outsiders. El niño pobre de Manchester que se pagó la carrera trabajando como portero de discoteca y la gallega de familia conservadora que rompió moldes hablando de sexo por televisión. Hoy tienen dos hijos, Paola, de seis años, y Eduardo, de tres. 
Una mañana de 1997, mientras daba clase en el King's College, en  un distrito deprimido del sur de Londres, lady Foster decidió dar un giro a su vida. En realidad, el gran crack había ocurrido unos meses antes, el viernes 20 de septiembre de 1996, fecha en la que contrajo matrimonio con uno de los arquitectos más importantes del planeta,un hombre hecho a sí mismo, deportista, piloto de reactores y helicópteros, ennoblecido por la reina y Tony Blair y con una fortuna que el diario The Guardian calculaba en 60 millones de euros....en ese entonces..
Cuenta ella: "Ese día yo estaba triste: Norman se había marchado a Hong Kong para ver las obras del aeropuerto de Chek Lap Kok y no había podido acompañarle. Empezaba a darme cuenta de que mis clases en la universidad, mis investigaciones sobre el alzheimer, todo lo que había sido mi vida desde los 18 años era incompatible con su trabajo. Vivir con Norman supone estar hoy en China, y mañana en Estados Unidos, y pasado en Francia. No hay vacaciones. Al menos, no como las entiende la mayoría de la gente. Y me dio por pensar: ¿qué pintas aquí?, ¿para eso te has casado?, ¿para estar cada uno en una punta del mundo? ¡Se acabó! Dejé de golpe 20 años de disciplina académica para estar a su lado. Y rompí con el pasado".
Elena necesitaba un desafío,  "Quiero ser una de las mejores en mi profesión" siempre sostuvo. Ser la mejor. De lo que sea. Investigadora o ama de casa, psicóloga o editora. Elena Foster necesita metas.. Más aún viviendo en un intenso micromundo, el estudio Foster and Partners, donde las luces nunca se apagan. 600 arquitectos de todas las nacionalidades trabajan por turnos 24 horas al día. Hay que estar a la altura..
Estaba lady Elena sumida en sus dudas hasta que un día se las confió a un personaje clave en la biografía de Norman Foster: sir Robert Sainsbury , gran impulsor del arte contemporáneo en el Reino Unido y cliente del estudio Foster-
Sainsbury construyó una enorme colección de arte con obra de Picasso, Giacometti, Moore o Modigliani. A comienzos de los setenta contrató a un joven arquitecto inglés para que diseñara un edificio que la albergara. Era Norman Foster. En 1977 nacía el Sainsbury Centre for Visual Arts, en Norwich, uno de los proyectos de acero y cristal ya clásicos en su trayectoria. "Ese edificio fue un espaldarazo para Norman. Los Sainsbury le ayudaron mucho", describe Elena. Para la crítica británica, "Sainsbury convirtió a Foster en un artista contemporáneo y acrecentó su fama de arquitecto eficaz, de ser capaz de solucionar cualquier problema técnico. Sainsbury le catapultó al mercado global. Su siguiente obra fue la sede del HSBC, en Hong Kong, que le colocó en la primera división mundial de la arquitectura".
Lejos de la siempre difícil relación cliente-arquitecto, Bob Sainsbury y su mujer, lady Lisa, se convirtieron en unos segundos padres para Norman Foster. Una relación que duraría hasta la muerte de Sainsbury. "Y cuando yo llegué a Londres, huérfana de padre y madre, Bob se portó también conmigo como una figura paterna", recuerda Elena Foster. "Una noche, durante una cena, le dije que había dejado la universidad y que estaba un poco perdida. Quería hacer algo, pero no sabía bien el qué. Y me contesto:
-Amas los libros y amas el arte. ¿Por qué no unes tus dos pasiones? Hazte editora. Puedes crear libros maravillosos y tener acceso a todos los grandes artistas.
-Pero no tengo ni idea del mundo de la edición. Soy una aficionada.
-Cuando yo empecé mi colección, tampoco sabía nada de arte. Estudia. Viaja. Aprende. Tienes todo el tiempo del mundo.
Esa noche, lady Elena Foster decidió hacerse editora de libros de artistas. En los meses siguientes, con espíritu universitario, visitó los talleres de los mejores artesanos de la edición. Se sumergió en procesos ancestrales de fabricación de papel en China, Japón, Francia, India. Contactó con pequeños impresores y encuadernadores. Familias en el oficio durante generaciones. Lady Foster no quería hacer cualquier libro. Quería hacer los mejores. Así lo recuerda el padre del land art, Richard Long (Bristol, 1945), al que lady Foster publicó en 2003 Walking and sleeping: "Elena me desafió. Su ambición era que hiciéramos el mejor libro de mi carrera. De mis sueños. Como soy un optimista, acepté. Ése ha sido también su reto con otros artistas: hacer libros que profundicen en nuestro interior y sean imposibles de mejorar".-¿Cómo es trabajar con Elena Foster?-Tiene las ideas claras y sabe cómo hacer un libro. Y eso es básico en un editor. No sabe mucho de arte, pero está aprendiendo deprisa. Ella es, sobre todo, una psicóloga. Y con ella me ha salido el libro más satisfactorio de mi vida. Tardamos más de dos años. Nada es simple ni rápido con Elena. Le da muchas vueltas.
Y asi empezó.  Ivorypress, nace como una editorial especializada en libros de artista. Concebidos para ser mostrados como obras de arte, cada libro, diseñado y producido individualmente por cada artista, se publica en una edición limitada numerada,  y se produce cuidadosamente utilizando técnicas que van desde procesos medievales a las tecnologías más avanzadas.
La vista desde el inicio de la editorial: no fue en un garage sino arriba del mega estudio frente al Támesis de Foster & Partners

Uno de los elementos que hace especial a la Galería  (además de su labor editorial y de comisariado) es su colección de libros de artista, sólo visible previa cita con el valor añadido de ser en visita guiada. Artistas de renombre como Francis BaconAnish KapoorEduardo ChillidaDamien Hirst o Anselm Kiefer – entre otros – son algunos de los nombres que pueden encontrarse alli.
Los libros, son verdaderas joyas en sí mismos, hechas a medida  y concepción de cada artista. Incluso han sido objeto de una exposición en el Museo Victoria & Albert de Londres.
Desde 2005 Ivorypress también publica las monografías de C Photo, 
un proyecto especializado en fotografía contemporánea, en colaboración con editores invitados como Marta Gili, Martin Parr, Tobia Bezzola, Jörg M. Colberg y Charlotte Cotton, entre otros. La línea editorial se completa con la serie de libros de artista de pequeño formato LiberArs —presentando proyectos inéditos de artistas como Thomas Demand, Gerhard Richter, Richard Long, Jannis Kounellis, Cristina Iglesias o Santiago Sierra— la serie Architecture, catálogos especiales relacionados con las exposiciones celebradas en Ivorypress Space y Essential, que incluye ensayos y entrevistas fundamentales de los ámbitos del arte, la edición, la arquitectura, el diseño y la fotografía.
En 2008 se fundó en Madrid un espacio que comprende una librería, una exposición permanente de libros de artista y un dinámico programa de exposiciones que ha convertido Ivorypress Space en un agente activo en la vida cultural de Madrid.
El antiguo «garaje» del barrio de Tetúan que fue una antigua imprenta, ha sido transformado por Sir Norman Foster y  Lady Elena Ochoa   en una galería abierta al arte contemporáneo, la arquitectura, el diseño, la fotografía y los libros. Para quienes anden por Madrid, en la calle Comandente Zorita, 48 encuentran la tienda en la planta de calle, las oficinas en la primera planta y la sala de exposiciones en el sótano.

Donde ubicar este espacio fue una decisión fundamental a la hora de emprender el proyecto. Finalmente, la estrategia consistió en situarlo en una zona sin tradición artística, fuera del recorrido cultural habitual en Madrid, con la intención de lograr la regeneración del área. Un auténtico acierto, pues son este tipo de intervenciones las que, ofreciéndonos algo de indudable calidad, hacen que visitemos lugares que de otra manera no haríamos; logrando así que una zona aparentemente sin interés se convierta en un punto más de tu lista de “must do”.
El poder de convocatoria de Elena Ochoa es grande, pues se implica en profundidad en cada una de las exposiciones que organiza. Y es que todos los años inaugura la temporada con una muestra dedicada, principalmente, a la arquitectura. El propio Norman Foster, Jean Prouvé y Zaha Hadid ya han sido protagonistas de sendas exposiciones. El año pasado le ha tocado el turno al diseñador industrial de origen israelí Ron Arad, por el que siente una especial debilidad. «Esta muestra es el resultado de dos años de trabajo con Ron, de reuniones de nuestros equipos, de sesiones de trabajo en Londres y en Madrid», explicar Elena.Las fiestas de inauguración son verdaderas citas del tout madrileño, en el caso de Ron Arad, el primero en llegar a la fiesta fue el mismísimo Sir Foster, con aire tímido y discreto. A él le siguieron Javier Mariscal, el Woody Allen vernáculo, quien no paró de hacer caricaturas con su iPad a todo el que se movía (recomiendo la pag de facebook de mariscal donde boceta todo lo que se le cruza con su particular estilo) y, también, el arquitecto Francisco Mangado. Y para completar, una tropa de periodistas especializados en arte y diseño, así como representantes del mundo del arte, de fundaciones y galerías para conocer de cerca a Ron Arad. En otras instancias son Los Carpinteros, Ai Wei Wei o cualquier talento de punta en el panorama artístico mundial.

A Elena, seguramente le queda cuerda para rato. Esta mujer a la que Norman Foster, en la ceremonia de entrega del Premio Pritzker, en Berlín, en 1999, definió así en público: 
"A tu lado, Elena, la palabra Renacimiento tiene para mí un nuevo y más profundo significado".

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