Marco Caltieri es un superhéroe moderno, que duerme poco y piensa mucho. Tiene humor e ideas desbordantes. De día es publicista y de noche hace sus proyectos , una revista de historietas más under que el metro, "Guacho" qué él explica muy dinámica y gráficamente en esta charla de Pecha Kucha. O el Metro de Montevideo. Es de esos proyectos que por ambiciosos se pierden en la memoria y cajones de burócratas. Es una confirmación que todo se trata de voluntad política porque este creativo se arremangó y se puso a trabajar en serio y graficar este sistema que tiene imágen institucional, logos, recorridos concretos, líneas subterráneas y exteriores, mapa, y estaciones. De hecho lo más increíble es que lo llaman desde el exterior proveedores de maquinaria para subtes, usuarios potenciales y turistas que no encontraron las estaciones en su visita a la capital.
Siempre miramos a otras ciudades, Buenos Aires sin ir más lejos como hermanas mayores ya graduadas de una escala y autonomía en cuanto a transporte que permiten recorrerlas ágilemente . Nosotros, siempre con argumentos tan variados como el" suelo rocoso", "el mercado es chico, pocos usuarios" , "no hay inversores o presupuesto" , o que "igual tenemos la rambla" nunca hemos podido acceder al limbo Vip de las ciudades con subte. Se hace en ciudades con terremotos en Tokio, pasan por debajo de lechos de ríos en san Petersburgo, pero no, acá nunca llega la hora. Es casi una metáfora de tantos otros proyectos que hay pendientes para el país que no se concretan...pero ya han tenido su trascendencia, por ejemplo acá el Observador resume varios puntos en este articulo.
Marcos nos aclara el contexto:
_ El proyecto nacio de ejemplificar
algo que te decían que no era posible, que demoraba mas de la cuenta, de hacer
política, terapia , demagogia o simplemente de apoyar la nariz contra un vidrio
donde nunca logramos vernos reflejados? Fuiste a hacer algún tramite que te
trancaban y te vengaste con esto?
Hay
un poco de todo eso. Siempre me llamó la atención nuestra capacidad para
generar mitología en lugar del objeto real. Las torres del aerocarril de
Malvín, la ciudad de los Malayos en el Cerro, los infinitos planes con el
cantero de Av. Italia, o la mitología sobre el Subte en Pza Cagancha, el túnel
de 8 de Octubre y el subsuelo rocos. Encima me fui a vivir, por el laburo, a
Buenos Aires y entendí un montón de cosas relacionadas con el subte. Empecé a
usarlo como un poseído y a los tres meses me quería matar. El de París será
genial, el de Buenos Aires está complicado. Pocas combinaciones, en verano es
inusable, atestado en horas pico. Es alienante. Y nosotros lo miramos
babeándonos y decimos "qué genial sería tener eso". Es de un
provincianismo increíble. Porque claro, vamos de visita una vez a la año a
Buenos Aires y nos tomamos un par de subtes por el centro. Y no vemos que
la red, tal como está planteada parte a la ciudad en dos, o acentúa la
exclusión. Es como si en Montevideo hubiera una línea por la Rambla y otra por
8 de Octubre, pero ninguna de Maroñas a Carrrasco, por ejemplo. A la vez, es
increíble nuestra capacidad (me refiero a los uruguayos), que parecemos no
notar, para sustituir ese hecho real (unos túneles, unos trenes) por un
discurso. Es decir, parece que somos buenos para pensar, escribir. No sé si
para llevar algo adelante.
Un
poco de todo. Es un proyecto del orden del discurso y no sobre transportes. Es
decir, no sé nada de transportes. De discursos sí, sé, un montón. La
investigación estuvo relacionada a lo mitológico. Hay algunos datos reales:
hubo un plan de unos franceses en la década del 50, hubo resistencias, los
trolleys fueron pensados como una solución provisoria mientras se construían las
líneas subterráneas, lo del suelo rocoso tiene que ver con mitología generada
para justificar por qué la cosa no avanzó, respecto a intereses corporativos.
Más o menos lo de siempre. Por otro lado, se dice que un subterráneo con 3 o 4
líneas costaría cerca de 1.000 millones de dólares. Algunas personas dicen que
es imposible de pagar. Desde el sentido común, teniendo en cuenta que el
presupuesto de la IM es cerca de 300 millones, creo que el argumento no aguanta
el menor análisis. De nuevo, no sé nada de gestión ni de transporte, pero con
esa lógica sería imposible que las personas se compraran una casa. Y lo hacen.
Tampoco sé qué tan útil o necesario es un subterráneo para esta ciudad.
Preguntármelo a mí es como preguntarle a un artista que falsifica billetes como
parte de una instalación, sobre política monetaria. Me han hecho preguntas así,
y las contesto con seriedad, como si supiera. La verdad es que no lo sé. Si sé
que para nosotros, los montevideanos, los uruguayos, tener un subte nos parece
absolutamente necesario. Está vinculado a la autoestima. Es como cuando en los
80 se decía que no podía ser que esta ciudad no tuviera hoteles 5 estrellas, o
shoppings. Sentimos que esos bienes nos ponen a la altura del mundo.
_ Para “diseñarlo” además de humor
se sirvieron de recursos o gente formada específicamente (ings viales etc) o se
animaron a darle forma cual via de transito de los supersónicos o del 5º
elemento?
Casi
todo está tomado de esa conversación de larga duración. Hay cosas de los
franceses del 50, cosas que dice la gente en foros (hay algunos increíbles e
increíblemente interesantes), sabiduría popular. Del tipo "Acá si hacen
subte, tiene que ir por 8 de Octubre". Si somos 3 millones de técnicos,
también parece que somos 3 millones de ingenieros o urbanistas. Hubo unos tipos
que se presentaron a la prensa en los 90 prácticamente diciendo que el subte lo
empezaban a construir al otro día. De ese proyecto/bluff de prensa, Metro de
Montevideo toma mucho. Por otro lado, esa sabiduría popular se ve que tiene
algún sustento. Un grupo de estudiantes de arquitectura presentó como laburo
final un proyecto de metro y se basaron en lo que hice. Se dedicaron a
estudiarlo y había cierto grado de acierto que a ellos (y a mí) me asombró
mucho. Luego pensé que tal vez, esas conversaciones que robé, no estuvieran tan
erradas. Hay líneas en el diseño que responden a alguna necesidad estética
(algún bache muy negro), o un comentario puntual (una línea que transporte
mucamas desde la periferia hasta Carrasco sin que las vea nadie, me parece un
chiste necesario). Sobre el diseño, hay de todo un poco, referencias al Tube
inglés, al Subte de Buenos Aires y hasta el de Praga.
Lo
editó Amuleto, distribuye Gussi, y no hay más objetivo que divertirse, o tomar
conciencia de que estamos dementes. Creo que si fuéramos más conscientes de la
demencia que armamos (en este, en otros temas) seríamos más interesantes. Si toda
la ciudad fingiera tener un subte, saldríamos en los diarios del mundo. Algo
que nos importa muchísimo, también, como lo demuestran Luis Suárez, la
marihuana y Pepe Mujica.
Mi
lugar preferido en una biblioteca sería entre "Una modesta
proposición" de Jonathan Swift y algún libro de ciencia ficción distópica,
de Philip Dick (ponele "Ubik")
No
hay más gente. Fin del equipo. Soy un arquitecto frustrado que creció en un
hogar de clase media baja mientras le decían que la carrera de arquitectura era
muy cara. Por suerte fui a la UTU, a comunicación en la Udelar y empecé a
laburar en publicidad, lo que me ha dado algunas herramientas de laburo
interesantes. Trabajar en publicidad te hace estar muy atento y entrenado a lo
que piensan los demás. Eso y una pequeña fascinación con los mapas, la ciencia
ficción distópica y el cinismo de Jonathan Swift.
Creo
que todo lo que toco se hace Under. Debe ser por lo masivo del otro laburo, el
de la publicidad. También edito la revista Guacho, de historietas, y, creeme,
es la cosa más under de la tierra. Hoy es inconseguible. En mi opinión es la
mejor revista de historietas del mundo. Por suerte alguna otra gente piensa
igual. A nivel oficial, alguien alguna vez colgó en el despacho de Arana un
póster del Metro de Montevideo. Al tiempito lo sacaron, porque, entiendo, se
puede vivir como un dedo en el culo "eh, che, ustedes, miren lo que no
están haciendo". Increíblemente trabajo para la Intendencia desde hace un
año y algo, haciendo publicidad, y he tomado conciencia de algunos nenes por
fuera de la administración pública, que no son nada fáciles (corporaciones,
privados, empresas de transporte, los propios usuarios), y lo difícil que sería
de implementar algo así, más allá de la vountad oficial. Que está, porque me
pasó de ir a una reunión de una unidad dedicada a la planificación en la IM, y
que hace un laburo muy interesante, y que ilustraran sobre la necesidad a
futuro de un metro, con imágenes que había hecho yo. Fue muy raro. Muy Clark
Kent-Superman.
_ Te interesa que reconozcan en eso
algo mas amplio como una metáfora de los imposibles del país, de lo que
queda en pista sin despegar o que realmente se tome consciencia.
Sí,
desde ya. Es una reflexión discursiva. Yo me presto a toda clase de cosas, como
ir a un programa de tele y opinar gratuitamente sobre transporte, pero lo que
realmente me interesa es la operación discursiva. Que creo que es muy valiosa.
En esta época, creo, puede llegar a ser hasta más valiosa que lo otro. Pero, ni
está el puente sobre la bahía, ni tomamos conciencia sobre la cantidad de
delirios que hemos dicho sobre el puente
hasta con carteles avisadores, o el autóctono e irrepetible "No tirar yerba en los andenes" |
_ Hay un “siempre quise ser
ingeniero o arquitecto pero no me anime” y por eso hago esto o “ siempre
sueño imposibles para ver si alguno se cumple” o “me gusta provocar por
el simple ejercicio de mover un poco la modorra montevideana”
De
todo en particular. No te niego que cada vez que voy a la casa de mi hermano en
Costa Azul (no sé manejar, una pésima costumbre que se me pegó de vivir en una
ciudad con un buen transporte público) y pongo exactamente 3 horas desde que
salgo de mi casa, me tomo el 60, voy hasta la terminal Baltasar Brum
(caminando, porque no hay ómnibus que te lleve y con nenes hay que ir a la
terminal para agarrar asiento porque por el camino no te lo dan), me subo a un
711 incomodísimo, y llego a la casa de mi hermano, me quiero matar.
Es
una especie de entrepreneur de los 90. Esos tipos que atacaron a la opinión
pública al grito de la eficiencia y la modernidad que se nos venía encima. Ese
efecto dura hasta hoy en la gente, que aplaude que una aerolínea que pierde 2
millones de dólares al mes deje de volar, pero no ve que lo que se pierde en
turismo, y en precios inflados de otras aerolíneas, es mucho mayor. Es como una
eficiencia que está cerca de la chantada. Es un poco los chantas que salieron
en los 90 en Posdata diciendo que al otro día arrancaban a hacer el metro, pero
también es un poco Matías Campiani.
Me
encantaría. Tazas, remeras, lo que fuera. Necesito inversionistas.
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