7.10.13

Paullier Y Guaná


Acá traemos otro reducto gastronómico pero sin ánimos de crítica a la carta, sino de mostrar el entorno creado, partiendo de un viejo boliche como los hay cientos en la ciudad , aunque sobreviviendo muy pocos, logrando algo interesante y que invita a volver.
Sin nombre propio, sólo adoptando el de las calles que convergen en esa esquina.
Como hay varios ejemplos ya, la caja de partida de pisos de baldosas calcáreas, las cortinas de enrollar y sus mecanismos a la vista, las vitrinas de almacenaje etc son buen inicio que se aggiorna con luces de haces concentrados, las tapas de las mesas intervenidas por artistas, y poca cosa sobre fachada. La gestión del lugar está puesta en un subsuelo con eventos de bandas que tocan en vivo, y una carta de restaurant breve. Hay detalles que podrían rendir más con pocos recursos pero es elogiable la iniciativa y el resultado interesante como para incluirlo en la lista de lugares para una noche con amigos.
Detalle de las tapas de las mesas: todas distintas.

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