Ayer estuvimos en la Facultad de Arquitectura, asistiendo a una charla de Agatha Ruiz de la Prada en su visita a Montevideo, que será pasto para otro post acá mismo en breve.
Pero luego de ella, nos fuimos a recorrer los salones donde estaban colgadas las entregas de fin de año, ejercicio que me encanta hacer cada vez que tengo la excusa de ingresar nuevamente al edificio.
Siempre que lo hago es con una sonrisa, de todo el tiempo y años invertidos allí que han resultado en una carrera por demás poco rutinaria y que aporta satisfacciones y conocer gente increíble (si también de lo otro, pero le gana lo bueno sin dudas), de todos los amigos que hice allí , el edificio increíble y excepcional a nivel mundial que albergó todas esas vivencias...y lo espectacularmente prolijito que está todo ahora comparado con esas épocas. Asumo debe ser consecuencia que los trabajos insumen toneladas menos de papel que en aquellos años y se trabaja sobre laptops y no sobre las mesas, las cuales están relucientemente lisas, los pisos plastificados, ni un papelito en el piso, ni un vidrio roto. Ya no se escriben en los muros los disparates que decíamos en jornadas eternas de trabajo, ahora se anotarán en redes sociales es de presumirse.
Dudo que haya acá un edificio mejor para formarse o tan bien mantenido al menos en el ámbito público.
Y ni hablar de la posibilidad que presta para la experiencia del viaje, por eso y tanto más es que entrar allí es volver a un pasado que en definitiva es quien somos.
Pero les muestro algo de lo que vi...ejercicios de impresion en 3D o caldos con plotter, incluyendo al Padre Nuestro Artigas en ploteado de fibra de madera, muy genial.
El laboratorio de Impresion 3d y fabricación digitalUn ejercicio interesante en el Taller Danza de microcosmos muy interesante: módulos que albergaban diferentes resoluciones de entorno para un personaje de escala mínima en su interior..
Otra similar pero de módulos asociados como unidades habitacionales con distintas volumetrías o equipamiento.
Ya no podemos firmar esas entregas, pero si podemos disfrutar también del volumen enorme en cantidad y calidad de publicaciones de la facultad, con perfil comercial mas bajo pero que vale la pena consultar. desde el libro editado por los 100 años, una joyita, a entrevistas desgrabadas y mas que prolijamente editadas de arquitectos que dan conferencias en el auditorio.
En un rincón chicos defendían su trabajo ante profesores, en otro se preparaba un escenario para un toque, en el auditorio, Agatha exponía sobre su trayectoria y luego se emitían fallos finales, en otro se preparaban trabajos u ordenaban material de difusión de un evento en abril.
Todo sigue igual, pero todo distinto. Mejor.
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