El movimiento de los foodtrucks
continúa su avance en el país, aunque aún no circulen con libertad. El pasado
sábado 30 de abril el barrio montevideano de carrasco vio invadida la plaza de
la ex Conaprole con miles de personas que asistieron al festival de foodtrucks DeGusto.
Organizado por la joven
emprendedora Florencia Lecueder, DeGusto convocó a una plantilla numerosísima
de emprendedores, chefs, restaurants instalados, y otros de servicios de
catering, insumos para gastronomía, bodegas de vinos, especialidades orgánicas,
veganas, dulces, y muchísimo más.
El mal clima no empañó el
entusiasmo de los miles que colmaron el parque. Con una organización impecable,
y una distribución que combinaba puestos fijos, foodtrucks, escenarios para
música, talleres y demostraciones, De Gusto confirmó que Montevideo está ávido
de este tipo de propuestas.
Siguiendo una tendencia mundial,
los foodtrucks o camiones de expendio
de comida también crecen en oferta y fans en Montevideo.
Con lentitud en los hechos, en la
teoría la Comuna ha manifestado cierto interés en regularizar y ordenar el tema
de gastronomía callejera, y este tipo de instancias sirven para recalcar el
interés real tanto del público como de los oferentes.
Desde fines del año pasado cuando
se tomó contacto con las nuevas autoridades municipales, el colectivo Foodtrucks Uruguay adquirió personería jurídica y crece en redes sociales.
La agrupación intercambia datos o invitaciones a eventos y trabaja en conjunto,
con miras a hacerlo junto a las autoridades para concretar la habilitación
general que elude al sector hasta ahora..
A principios de este año se han
generado otras instancias de menor escala pero que probaron el interés general.
Ignacio Laurido otro emprendedor gastronómico muy joven llenó un rincón del Hipódromo
de Maroñas, dos veces, con un propuesta similar.
Muchas oportunidades para
disfrutar los foodtrucks se dan en eventos particulares, exposiciones,
conciertos, lanzamientos o eventos corporativos. Hoy se acelera el aumento de diversidad y la calidad de su presentación,
que abarca tanto los propios móviles como del packaging, uniformes, platos o
atención con una creatividad y entusiasmo elogiables.
Como en los países donde ya están
asentados, los foodtrucks hoy en Uruguay aportan niveles de experimentación y
originalidad de combinaciones y propuestas que quizás superan la de locales
establecidos tradicionales.
Los foodtrucks se han tornado una
vía laboral para jóvenes emprendedores, así como testeo a pequeña escala de
negocios en fases iniciales. Desde el punto de vista urbanístico, son una herramienta
de revitalización, entretenimiento al aire libre, gastronomía diferencial, un
escape familiar, programa con amigos o almuerzos diarios en zonas de oficinas carentes
de otras propuestas calificadas.
Pero a diferencia de otros
mercados del mundo, en Uruguay los foodtrucks todavía no operan libremente. El conglomerado
busca consolidarse junto a las autoridades y negociar en conjunto su
convivencia con otras formas de gastronomía callejera o tradicional. Las
tendencias globales avanzan inexorablemente y el público local lo agradece y
disfruta. Está en las autoridades saber responder, manejarlo, ordenarlo, y
regularizarlo de forma beneficiosa para todas las partes.
Larga vida a los foodtrucks y
esperamos poder verlos en breve en las calles de la ciudad!
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