Buenos Aires está lleno de lugares increíbles pero a veces uno anda por el microcentro con ganas de tomarse un minuto de descanso al mediodía, quiere un lugar tranquilo, lindo pero no pretencioso...y no siempre surge a la mente.
Anoten, recomendado para almuerzo muy accesible, en un oasis de tranquilidad donde incluso va gente a sentarse al sol a estudiar, leer o charlar. En la esquina de San Martín y Viamonte, léase detrás de las Galerías Pacífico, se encuentra la Iglesia de Santa Catalina
Abrimos un paréntesis y recordamos acá cuando visitamos la Iglesia St Martin in the fields en Londres, en plena trafalgar square, donde en su subsuelo había un restaurant y miles de actividades. Bueno: nos encanta cuando los espacios usualmente sacrosantos y reservados se comparten con otras actividades que permiten al público disfrutarlos de otra forma.
En el patio del Claustro, ambientado por la paisajista Cristina Le Mehauté, casi nada, autoridad total en el rubro regionalmente, con una escultura central , muchos árboles y más paz, si señores, uno duda pero lo recibe un cartel de bienvenida anunciando formas de actualizarse via facebook incluido, uno puede sentarse a relajarse, charlar, o almorzar a un precio más que económico, cero pretención pero bien logrado, el menu , acotado pero delicioso, invita a disfrutarlo a la sombra de los árboles, al reparo del ruido y tránsitos externos.
Cuando salís, estás justo atrás de las Galerías Pacífico.
En vez de sentarte en la plaza de comidas, o en un bar de los de siempre, probá esta opción más sui generis y súper disfrutable.
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