Hay puntos donde confluyen talentos, audacias, riesgos, y ganas de ir más allá en conceptos habituales que generan resultados totalmente atípicos . Y nos encantan esos ejemplos de arquitectura y gestión cuando se concretan!
El rubro "estacionamiento" es un problema siempre: para la ciudad, para encontrar lugares, para el inversionista que dependerá de la ubicación, para el barrio y cercanías en cuanto a lo estético, raros son los ejemplos medianamente pensados al respecto, y sin embargo cada vez más omnipresentes y necesarios!
Si cuando piensa en éso ve mugre, oscuridad, bichos, grafittis, olores, manchas de aceite y empleados desprolijos, olvídelo. Hay un lugar que echa por tierra todo eso y lo eleva a un nuevo estandard de referencia.
El antecedente que nos viene a la mente memorable pero en interiores es el de Teresa Sapey para el Hotel Puerta América (hotel que ya había repartido espacios entre arquitectos estrella de la época para que diseñaran cada uno un piso del mismo, cuando Teresa, luego de un rechazo del dueño, lo desafió a encontrar un espacio que quedara sin diseñar y hacerlo ella misma.) Resultado: nadie habla de los pisos superiores de ese hotel pero todo el mundo conoce sus estacionamientos increíbles!
Otras formas de estacionamiento más glamoroso se van al otro extremo, como un edificio en New York diseñado con cocheras hasta la unidad , y otro similar by Porsche. Algunas se promocionan así:
Otra solución impactante es el Autostadt Volkswagen: unos silos para autos a granel con una demencia tecnológica que hay que ver..
Pero vamos al tema: Bienvenidos al Eleven Eleven de Lincoln Road, en Miami Beach.
El 1111 Lincoln Road es un emprendimiento que forma parte de un complejo de edificios, un banco, un edificio contiguo,un centro comercial, un estacionamiento que permitiría a la gente dejar el auto y transitar las calles peatonales e incluso ir a la playa. La municipalidad , no sin cierta visión del tema admitió más altura pero no más área. eso se usó en optimizar vistas exteriores retirando el contenido (los autos) del frente de fachada, y dando alternativamente el doble y hasta triple altura habitual para el programa para poder alojar otros eventos y funciones. Todo ello, sumado a un paisajismo (otra disciplina no habitualmente asociada a esa función, más bien habitualmente desplazada) que especialmente en los últimos pisos oculta una vivienda y un local comercial, genera un producto totalmente fuera de lo común, que ha sabido valorizar el área exponencialmente y no sólo hacerlo valorable como estacionamiento sino para un sin fin de otras actividades como eventos,, casamientos, lanzamientos, conciertos , cenas, producciones de moda, todos, de paso, con excepcionales vistas panorámicas de la ciudad.
Por si fuera poco, también contiene una terraza (sobre el edificio del banco) con un restaurant con jardín vertical, espejos de agua, comida de fusión asiático-peruana y Dj residente importado de Francia : Jivia.
Pero sigamos con el edificio principal: tan codiciado es que tiene lista de espera para eventos de todo tipo, y ha debido subir las tarifas, resultando en que el lugar se ha convertido en estacionamiento de Porsches, Lamborghinis o Ferraris al triple del costo de los estacionamientos a ras del suelo cercanos.
Robert Wennett, su desarrollador no es un recién llegado: Con sensibilidad para coleccionismo de arte y capital para movidas inmobiliarias, construcción de Malls y zonificaciones en Dupont Circle en Washington y el Meatpacking district en N.York, sabe del poder de la arquitectura icónica para el desarrollo de las ciudades y sus espacios cívicos. Sabía que en Miami faltaba arquitectura de autor de valor urbano y planeó la construcción de una marca más que de un proyecto: jugó con la especulación de opiniones sin dar a conocer lo que vendría en una estructura que ya desde el comienzo se adivinaba como poco común. Hace años, luego de las Olimpíadas de Beijing y su recién estrenado estadio, apareció en las oficinas de Herzog & De Meuron en Basilea, (que se especializaban en museos como la Tate Modern) con una idea de un lote para parking con un pabellón superior donde quería vivir con su pareja, el ejecutivo de MTVMario Cáder-Frech. Para su propia sorpresa le dijeron que si y se pusieron a trabajar. Más tarde lo contactaron y le propusieron una solución que jugaba con el volumen del edificio brutalista del banco existente, el Sun Trust, que Wennett no quiso tirar a pesar de varias solicitudes de la gente, defendiéndolo como propio de una época. La solución de H&DM era equiparar volúmenes similares de hormigón pero uno cerrado, el otro abierto, y le dijeron que si no negociaba la autorización del permiso de altura que se buscara otro estudio.
Automáticamente se convirtió en un ícono de la ciudad, que descripto por los propios arquitectos la refleja de maravillas ya que es "puro músculo y nada de ropa" como la gente que la transita a diario.
Hoy por hoy, Wennett, además de ser propietario de ese ícono, lo es de una de las viviendas más inusuales, y por cierto de las pocas casas particulares diseñadas por el Estudio suizo de vanguardia. Un desafío que hasta el día de hoy lo fue también para los arquitectos, que se apropiaron tanto de la idea que diseñaron cada pieza de la casa, como dice su dueño, de las pocas que tiene hasta el porta rollo en el baño by H&DM
De los edificios de estacionamientos, todo el mundo quiere salir cuanto antes, de éste no te queres ir nunca, y aloja actividades increíbles que uno no pensaría jamás se darían en ese contexto. La escalera central hace del recorrido, un paseo con vistas y arte cambiantes, toda una experiencia y el de rampas con autos, lo mismo.
En este caso, además hubo especial hincapié en otro concepto no tan transitado habitualmente en Miami: la relación del edificio con el peatón, de los interiores y exteriores, la transición de escalas a nivel de la calle.
Wennett la tiene clara: le gusta dar un giro al significado de las cosas para otorgarles otro valor y seguramente su próximo desafío siga ese rumbo, nada mal conceptualmente para un emprendimiento diferencial.
Por eso es buena cosa cuando a un arquitecto creativo se le cruza un cliente arriesgado y con conceptos claros y audaces.
Cuando Wennett cuenta que vive arriba del estacionamiento, todo el mundo le pregunta cómo se le ocurre la idea habiendo tantos lugares mejores.
Cuando conocen el lugar, ya nadie le hace esa pregunta.
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